Río de Janeiro es un lugar especial. La ciudad ocupa el margen occidental de la Bahía de Guanabara, que abarca el terreno existente entre Copacabana e Itaipú, y algunas de sus islas, como Gobernador y Paquetá. Se asienta sobre un terreno llano, rodeada de montañas y colinas. La Sierra del Mar, en el borde atlántico de la planicie, se encuentra al noroeste de la ciudad, a unos 40 km de la costa. La ciudad ocupa un área de 1182,3 km², lo que supone una densidad de población de 4781 hab/km².
Río de Janeiro está asentado sobre tres grandes piedras: Piedra Blanca, Piedra de Gericinó y Piedra de la Tijuca, que son cubiertas por una bella vegetación atlántica. Los principales cerros son: Parque Nacional de Tijuca (1.022 m), Bico do Papagaio (975 m), Andaraí (900 m), Pedra de la Gávea (842 m), Corcovado (704 m), Dois Irmãos (533 m) y Pan de Azúcar (395 m), que se encuentra en la entrada de la bahía.
Yendo a las excursiones una de las más emblemáticas es la que detallamos a continuación. Se arranca por una visita al famoso Sambódromo dónde se realiza el Carnaval más conocido del mundo. Un espectáculo único, digno de ser apreciado. Salvo enero y febrero el mismo está vacío y sólo se puede apreciar su estructura y entrar a algunos de los negocios que se encuentran en su derredor para ver o adquirir algún souvenir o disfraz alegórico. Luego el tour nos lleva al Maracaná para admirarlo desde afuera y tomar algunas fotos en ese escenario que pronto congregará a multitudes para el Mundial. Luego si nos dirigimos al funicular que nos llevó arriba del Cristo Redentor, todo un símbolo de la ciudad y una de las consideradas Siete Maravillas de la modernidad. Un monumento imponente desde dónde se ve todo Río en sus distintas facetas. Innumerable cantidad de turistas y fotos que vienen y que van. En el mismo ascenso y descenso hay vistas inmejorables.



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