lunes, 10 de junio de 2019

Descubriendo La Habana


Desde temprano el city tour con su guía nos condujo por las calles y recovecos de La Habana. La Habana Nueva y Vieja, el Vedado y Miramar son algunas zonas en las que se divide la Capital. La Habana posee dos millones de habitantes y Cuba once. La primera bajada la hicimos en el Parque Gandhi para observar los antiguos y enormes ficus. Luego descendimos en una fábrica de habanos dónde se podía elegir una gran variedad de los mismos. Cuba es pionero en esta materia. Más tarde el Centro Cívico con sus edificios en derredor. El Capitolio y el Palacio Legislativo. Una explanada con inmensos murales de José Martí, Héroe Nacional, y del Che Guevara y Fidel Castro. A posteriori un Paseo de Compras con los productos caribeños. Y la Plaza de Armas. El caminar por las calles observando la arquitectura y formas de los edificios y el alma de la gente. Una murga que se nos atravesó dejando su impronta de baile y música. Encanto y sensualidad. El pasaje por el Malecón y por la Bodeguita del Medio fueron infaltables. Sobre todo en esta última nos tentamos para degustar un mojito en este sitio tan emblemático. Al mediodía una parada para almorzar un buen pescado en un restorán típico y seguir adelante. En las primeras horas de la tarde visitamos la Habana Club, la Fábrica de Ron. Allí apreciamos las instalaciones y nos enseñaron el proceso de esta bebida. Desde ya que la degustamos pero con más de treinta grados y a las tres de la tarde su ingestión acaso no haya sido tan apetecida. Ya de regreso recorrimos las calles adyacentes al Hotel. Comercios, bares y teatro fue lo que hallamos. Un cubano se ofreció gentilmente para mostrarnos algunos atractivos . Y nos llevó, entre otros lugares, al Bar dónde estuvo muchas veces Maradona. Cena, noche, música, tragos, buena compañía y el final de este inolvidable periplo por Varadero y La Habana. Recomendable y para volver.

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